Septiembre, han pasado ya unos meses desde que Gema y Rubén celebrarán su boda en Madrid. En las playas de Isla Plana apenas hay ya unos pocos bañistas, va cayendo el sol y la luz se vuelve poco a poco más suave y tenue, una ligera brisa, el sonido de las olas batiendo la arena gruesa de la playa, los recuerdos de otros veranos lejanos, los mismos parajes que siendo un niño recuerda muy bien Rubén.
Algunos años después y ya de la mano de Gema, el paseo se hace mucho más tranquilo entre recuerdos que van y vienen; aunque sospecho que Rubén ya ha hecho partícipe a Gema de sus correrías por estas playas. Aprovecho para dejar a esta pareja disfrutar de la sesión de fotos, con mucha tranquilidad, a su aire. Yo solamente les digo este sitio me gusta, el resto es sólo la complicidad y el encanto natural de esta pareja.